martes, 12 de febrero de 2008

El cuerpo agresivo

La carne es pesada y para cargarla hay que empaquetarla. Los paquetes tienen formas diferentes que dependen de la virtud del artífice. Sabemos que es ambiguo decir la virtud de un hombre pero nos hacemos cargo; estamos hablando, también, de moral.
La carne apretada entra por los ojos. Interpela, no pide permiso, violenta. Busca provocar pero no explicita qué. Para apoyar esta sentencia tenemos dos situaciones extremas. Una, cuando la carne apretada no provoca-nada- y resulta patética. Dos, cuando la carne apretada provoca y se vuelve odiosa. En ambos casos tenemos terceros, observadores afectados, en esto de la provocación, provocados. Terceros que no quieren ver y no pueden no hacerlo.
Pero, ¿por qué los convoca la carne apretada? Parece que hay algo de envidia al ver a aquel que puede llevar con orgullo su carne: es notable como a algunos la carne no les pesa.